Jovenes por siempre, Carmelitas de Corazón, Creciendo juntos. Ecuador en la Mitad del Mundo

lunes, enero 24, 2011

Para ti, hijo

Una vez conversando con mi pequeño hijo de 10 años, recordé las
palabras sabias de mi madre que decía: "Mi amor por ti es tan
grande, que quiero que mires tu vida de la siguiente manera: ¿Ves
este libro con sus hojas en blanco?, esa es tu vida, la cual
escribirás día a día."

Hijo mío, depende de ti que en esas páginas sean escritas las
historias más grandes, profundas, y sinceras, y que hablen de la
grandeza de tu corazón y espíritu. Tú serás el autor de ese libro
porque llevará tu firma y sello. Debes intentar que allí sólo
queden plasmadas, las proezas de grandes héroes que lucharon y
batallaron por convertirse en hombres de bien, que ayudan a todo
aquel que necesita de una mano amiga de manera desinteresada, sin
esperar ninguna recompensa a cambio. Ese es el héroe, el gran
hombre, del que te estoy hablando. Por eso amado hijo, elige
siempre el camino del bien, aunque sea más escabroso y difícil.
Para que esas páginas llenen de orgullo a los que vienen detrás de
ti.

Quizás no seas tú quien reciba, halagos, ni agradecimientos, pero
ciertamente te diré que se hablará mucho de ti y quizás sean los
hijos de tus hijos quienes sigan escuchando lo maravilloso de tu
corazón. Esas huellas que dejarás, serán la guía que llevarán a tus
hijos por el mismo camino. Nunca olvides que cada día, cada hora,
cada minuto y segundo que respiras, se lo debes al ser supremo más
grande del universo llamado Dios.

Agradece diariamente por todas las bendiciones recibidas, por todos
los triunfos obtenidos, y también por los fracasos, ya que ellos te
servirán para moldear tu carácter y corregir tus errores. Por eso
cada mañana le pido a Dios que me ayude a ser bueno y cada día
mejor, porque mi pequeño hijo quiere parecerse a mí.

"Hijo mío, no desprecies la disciplina del Señor, ni te ofendas por
sus reprensiones. Porque el Señor disciplina a los que ama, como
corrige un padre a su hijo querido" Proverbios 3:11-12
"El hijo sabio alegra a su padre; el hijo necio menosprecia a su
madre" Proverbios 15:20
"La corona del anciano son sus nietos; el orgullo de los hijos son
sus padres"Proverbios 17:6

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