Jovenes por siempre, Carmelitas de Corazón, Creciendo juntos. Ecuador en la Mitad del Mundo

jueves, abril 28, 2011

Cuando se acaban tus sueños

 

A veces pienso lo difícil que parece la vida cuando la miramos con
el prisma de la humanidad que nos acompaña y no nos deja verla con
los ojos de Dios. Allí, a muchas personas se les acaban los sueños,
porque ven cómo se les escapan los años como el agua entre los
dedos, y cuando quieren alcanzarlos es como querer alcanzar el
viento; y sin darse uno cuenta, pasa un año más, y otro se va detrás
de este, y todo parece igual y nada cambia.

Al principio, sostenemos la bandera esperando que el viento sople y
la haga ondear, pero cuando pasa el tiempo y nada sucede, se nos
arruga la tela y con ella se nos desmoronan los sueños y la
esperanza se hace cada vez más pequeña hasta que al final da paso a
la decepción y por fin a la desilusión de lo que hubiéramos querido
ser o lograr y no llegamos.

Yo soy un soñador y a veces, a mí también me parece que se me acaban
los sueños, porque me veo y siento que muchas cosas se pasaron de
tiempo y que tal vez no las alcancé y cometo el error de la
comparación, es decir me comparo con otros y digo: "no llego, no
alcanzo o no voy a poder porque se me pasó el tiempo del vigor".

No cometas ese error, nunca mires la obra que Dios está haciendo en
otros, "Él es el alfarero" de tu vida y la obra que tiene pensada
formar en ti la va a formar, no importa cuánto le lleve. Cuando no
tengas sueños; detente y duerme, tómate un tiempo para la ilusión,
acuérdate que "Él es el que llama a las cosas que no son como si ya
fuesen y a las que son como si no fuesen." Algunas cosas se
tardan; tal vez Él necesita prepararnos y fortalecernos, o
capacitarnos para lograr los sueños. Pero "Aunque la visión se
tarde, no te desalientes porque llegará"

Algunas personas dicen que soñar no cuesta nada, pero yo no lo
creo. Yo creo que soñar te cuesta todo, porque soñar te impulsa, te
exige, te obliga y muchas veces te alienta o te desalienta. Porque
vivir es soñar; porque una vida sin sueños no existe, es sólo un
recuerdo, una sombra; creo que por eso hay muchas personas que
caminan por las calles con rostros de sombras... porque se les
escaparon los sueños y creen que ya no tienen tiempo de volver a
empezar.

No te preocupes, que el día que no tengas sueños es que ya estás
viviendo en el mayor de los sueños que es el descanso de sus brazos
y en el comienzo de otro sueño que todavía no conocemos pero que
vendrá sin ninguna duda; porque al fin el primero que soñó fue Él.
Soñó con un hombre que fuera su hijo, soñó con un hombre que fuera
su amigo y siguió soñando con hombres que fueran su familia. Soñó
con hombres que le adoraran por lo que Él había hecho por ellos,
soñó con hombres que de su propia decisión lo buscaran y también se
le acabaron los sueños y cuando esto pasó, Él vino en el hombre y se
hizo sueño para seguir soñando y vernos, a ti y a mí dentro de ese
sueño. No te detengas, todavía hay tiempo para seguir soñando...

"Nosotros, en cambio, siempre debemos dar gracias a Dios por
ustedes, hermanos amados por el Señor, porque desde el principio
Dios los escogió para ser salvos, mediante la obra santificadora del
Espíritu y la fe que tienen en la verdad. Para esto Dios los llamó
por nuestro evangelio, a fin de que tengan parte en la gloria de
nuestro Señor Jesucristo. Así que, hermanos, sigan firmes y
manténganse fieles a las enseñanzas que, oralmente o por carta, les
hemos transmitido. Que nuestro Señor Jesucristo mismo y Dios
nuestro Padre, que nos amó y por su gracia nos dio consuelo eterno y
una buena esperanza, los anime y les fortalezca el corazón, para que
tanto en palabra como en obra hagan todo lo que sea bueno" 2
Tesalonicenses 2:13-17.

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