Jovenes por siempre, Carmelitas de Corazón, Creciendo juntos. Ecuador en la Mitad del Mundo

jueves, diciembre 16, 2010

Un error en el cielo


Cierta vez, le pregunté a Ramesh, uno de mis maestros de la India:
- ¿Por qué existen personas que salen fácilmente de los problemas
más complicados, mientras que otras sufren por problemas muy
pequeños, muriendo ahogadas en un vaso de agua?

Él simplemente sonrió y me contó esta historia…

Había una vez un sujeto que vivió amorosamente toda su vida. Cuando
murió, todo el mundo dijo que se iría al cielo, pues solamente un
hombre bondadoso como él, podía ir al Paraíso. En esa época, el
cielo todavía no tenía un buen programa de recepción de almas. El
ángel que lo recibió le dio una mirada rápida a las fichas que tenía
sobre el mostrador, y como no vio el nombre de él en la lista, lo
orientó para ir al Infierno.

En el Infierno nadie exige credencial o invitación, cualquiera que
llega es invitado a entrar. Así que el sujeto entró y se fue
quedando. Unos días después, Lucifer llegó furioso a las puertas
del Paraíso para pedirle explicaciones a San Pedro:
- ¡Esto es un sabotaje! Nunca me imaginé que fueses capaz de una
bajeza semejante. ¡Esto que estás haciendo es puro terrorismo!

Sin saber el motivo de tanta furia, muy sorprendido San Pedro le
preguntó a Lucifer:
- No te entiendo, ¿de qué me hablas?
Lucifer, trastornado le gritó:
- Tú me enviaste a ese sujeto al Infierno y ahora él está
haciendo un verdadero desastre allí. Él llegó escuchando a las
personas, mirándolas a los ojos, conversando con ellas, y ahora todo
el mundo está dialogando, abrazándose, y besándose. ¡El Infierno
está insoportable, parece el Paraíso! ¡Pedro, por favor, agarra a
ese sujeto y tráelo para acá!

Cuando Ramesh terminó de contar esta historia me miró cariñosamente
y me dijo:
- Vive con tanto amor en el corazón, que si por error fueses a
parar al Infierno, el propio demonio te lleve de vuelta al Paraíso.

Los problemas forman parte de nuestra vida, pero no dejes que ellos
te transformen en una persona amargada. La crisis siempre sucederá
y a veces no tendrás opción. Tu vida está sensacional y de repente
puedes descubrir que un ser querido está enfermo; que la política
económica del país cambió, y que infinitas posibilidades de
preocupación aparecen. En las crisis no puedes elegir, pero puedes
elegir la manera de enfrentarlas. Y al final, cuando los problemas
sean resueltos, más que sentir orgullo por haber encontrado la
solución, tendrás orgullo de tener dentro de tu corazón a nuestro
Señor Jesucristo sosteníendote de la mano y guiándote por la senda
correcta para salir de los problemas.

"Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su
cruz cada día, y sígame. Porque todo el que quiera salvar su vida,
la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí, éste la
salvará. Pues ¿qué aprovecha al hombre, si gana todo el mundo, y se
destruye o se pierde a sí mismo? Porque el que se avergonzare de mí
y de mis palabras, de éste se avergonzará el Hijo del Hombre cuando
venga en su gloria, y en la del Padre, y de los santos ángeles.
Pero os digo en verdad, que hay algunos de los qué están aquí, que
no gustarán la muerte hasta que vean el reino de Dios" Lucas 9:23-27

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