No te inquietes por las dificultades de la vida, por sus altibajos,
por sus decepciones, por su porvenir más o menos sombrío. Quiere
tú, lo que Dios quiere. Ofrécele en medio de inquietudes y
dificultades el sacrificio de tu alma sencilla que, pese a todo,
acepta los designios de Su Providencia. Poco importa que te
consideres un fracasado si Dios te considera plenamente realizado a
su gusto.
Piérdete confiado ciegamente en ese Dios que te quiere para Sí y que
llegará a ti, aunque no lo veas. Piensa que estás en sus manos,
tanto más fuertemente cogido, cuanto más decaído y triste te
sientas. Vive feliz, vive en paz, que nada te altere, que nada sea
capaz de quitarte tu paz... ni la fatiga, ni tus fallos.
Haz que brote, y conserva siempre sobre tu rostro, una dulce
sonrisa, reflejo de la que el Señor continuamente te dirige. Y en
el fondo de tu alma coloca antes que nada, todo aquello que te llene
de la paza de Dios. Ora y confía.
por sus decepciones, por su porvenir más o menos sombrío. Quiere
tú, lo que Dios quiere. Ofrécele en medio de inquietudes y
dificultades el sacrificio de tu alma sencilla que, pese a todo,
acepta los designios de Su Providencia. Poco importa que te
consideres un fracasado si Dios te considera plenamente realizado a
su gusto.
Piérdete confiado ciegamente en ese Dios que te quiere para Sí y que
llegará a ti, aunque no lo veas. Piensa que estás en sus manos,
tanto más fuertemente cogido, cuanto más decaído y triste te
sientas. Vive feliz, vive en paz, que nada te altere, que nada sea
capaz de quitarte tu paz... ni la fatiga, ni tus fallos.
Haz que brote, y conserva siempre sobre tu rostro, una dulce
sonrisa, reflejo de la que el Señor continuamente te dirige. Y en
el fondo de tu alma coloca antes que nada, todo aquello que te llene
de la paza de Dios. Ora y confía.
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