Jovenes por siempre, Carmelitas de Corazón, Creciendo juntos. Ecuador en la Mitad del Mundo

jueves, septiembre 16, 2010

La serpiente y la luciernaga


Cuenta una fábula que en cierta ocasión una serpiente empezó a
perseguir a una luciérnaga; ésta huía muy rápido y llena de miedo de
la feroz depredadora, pero la serpiente no pensaba desistir en su
intento de alcanzarla.

La luciérnaga pudo huír durante el primer día, pero la serpiente no
desistía, dos días y nada, al tercer día, ya sin fuerzas, la
luciérnaga detuvo su agitado vuelo y le dijo a la serpiente:
- ¿Puedo hacerte tres preguntas?
- No acostumbro conceder deseos a nadie, pero como te voy a devorar,
puedes preguntar..., respondió la serpiente.

Entonces dime:
- ¿Pertenezco a tu cadena alimenticia?
- ¡No!, contestó la serpiente.

- ¿Yo te hice algún mal?
- ¡No!, volvió a responder su cazadora.

- Entonces, ¿Por qué quieres acabar conmigo?
- ¡Porque no soporto verte brillar!, fue la última respuesta de la
serpiente.

Muchos de nosotros nos hemos visto envueltos en situaciones donde
nos preguntamos:
¿Por qué me pasa esto si yo no he hecho nada malo?
Sencillo... porque hay algunos(as) que no soportan verte brillar.

La "envidia" es uno de los peores sentimientos que podemos tener.
El hecho de que envidien tus logros, tu éxito, etc., ¡que envidien
verte brillar! te va a afectar en más de una ocasión, pero cuando
esto pase, ¡no dejes de brillar!, continúa siendo tú mismo(a), sigue
dando lo mejor de ti, sigue haciendo lo mejor, no permitas que te
lastimen, no permitas que te hieran...
¡sigue brillando y no podrán tocarte!,
porque tu luz seguirá intacta,
porque siempre habrá quien te apoye,
porque tu huella permanecerá,
porque el recuerdo de lo que fuiste e hiciste quedará,
¡pase lo que pase!

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