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lunes, marzo 21, 2011
Mensaje de una Madre
Algún día, cuando mis hijos sean suficientemente grandes para
entender la lógica que motiva a las madres, les diré:
Te amé lo suficiente como para preguntarte a dónde ibas, con quién,
y a qué hora regresarías a la casa.
Te amé lo suficiente, como para insistir en que ahorraras dinero
para comprarte una bicicleta aunque nosotros tus padres pudiéramos
comprarte una.
Te amé lo suficiente, como para callarme y dejarte descubrir que tu
nuevo y mejor amigo era un patán.
Te amé lo suficiente, como para fastidiarte y estar encima de ti,
durante dos horas, mientras arreglabas tu cuarto, un trabajo que me
hubiese tomado a mí, solamente 15 minutos.
Te amé lo suficiente, como para dejarte ver mi ira, desilusión y
lágrimas en mis ojos. Los hijos también deben entender que no somos
perfectas.
Te amé lo suficiente, como para dejar que asumieras la
responsabilidad de tus acciones, aunque los castigos eran tan duros
que rompían mi corazón.
Pero, sobre todo, te amé lo suficiente, como para decirte que "NO"
cuando sabía que me ibas a odiar por ello.
Esas fueron las batallas más difíciles para mí. Pero estoy contenta
por haberlas ganado porque, al final, también las ganaste tú.
Y algún día, cuando tus hijos sean suficientemente grandes para
entender la lógica que motiva a los padres, tú les dirás: "Te amé lo
suficiente, como para hacer todo lo que hice por tí".
"A las ancianas, enséñales que sean reverentes en su conducta, y no
calumniadoras ni adictas al mucho vino. Deben enseñar lo bueno y
aconsejar a las jóvenes a amar a sus esposos y a sus hijos, a ser
sensatas y puras, cuidadosas del hogar, bondadosas y sumisas a sus
esposos, para que no se hable mal de la palabra de Dios" Tito 2:3-5.
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