Mientras creces en la madurez espiritual, hay varias maneras de
cooperar con Dios en el proceso.
1. Cree que Dios está trabajando en tu vida aun cuando no lo
sientas. El crecimento espiritual es a veces un trabajo tedioso, en
el cual se avanza un pequeño paso a la vez. Espera un progreso
gradual. La Biblia dice: "Todo sobre la tierra tiene su propio
tiempo y su propia estación" Eclesiastés 3:1. En tu vida espiritual
también hay estaciones. A veces experimentarás un crecimiento
intenso por un tiempo corto (primavera) seguido de un período de
estabilización y prueba (otoño e invierno).
¿Qué hay de esos problemas, hábitos y heridas que te gustaría que
desaparecieran? Está muy bien orar por un milagro, pero no te
decepciones si la respuesta llega mediante un cambio gradual. Con
el tiempo, un flujo lento y firme de agua erosiona la piedra más
dura y convierte las rocas gigantes en guijarros. Con el tiempo, un
pequeño brote puede convertirse en un árbol gigante que supere los
cien metros de alto.
2. Ten un cuadern o diario para anotar las lecciones aprendidas.
Este no es un diario de acontecimientos, sino un registro de lo que
estás aprendiendo. Apunta los descubrimientos y lecciones que Dios
te enseña acerca de Él, de ti, de la vida, de las relaciones y de
todo lo demás. Anótalas para que puedas repasarlas y recordarlas y
pasárselas a la siguiente generación (Salmos 102:18; 2 Timoteo
3:14). La razón por la cual debemos volver a aprender las lecciones
es porque las olvidamos. El repaso periódico de tu diario
espiritual te puede evitar mucho sufrimiento y dolor innecesarios.
La Biblia dice: "Es crucial que nos aferremos con firmeza a lo que
hemos oído para que no nos extraviemos" Hebreos 2:1.
3. Sé paciente con Dios y contigo mismo. Una de las frustraciones
de la vida es que el programa de Dios raramente es igual al
nuestro. A menudo tenemos prisa, pero Dios no. Es posible que te
sientas frustrado con el progreso aparentemente lento que estás
experimentando.
Recuerda que Dios nunca anda deprisa, pero siempre llega a tiempo.
Él usará toda tu vida preparándote para tu papel en la eternidad.
La Biblia está llena de ejemplos de la manera en que Dios utiliza un
largo proceso para desarrollar el carácter, sobre todo en los
líderes. Tomó ochenta años para preparar a Moisés, incluyendo
cuarenta en el desierto. Por 14,600 días Moisés siguió esperando y
preguntándose: "¿Ya es hora?" Pero Dios seguía diciendo: "Todavía
no". Contrariamente a los títulos de los libros populares, no
hay "Pasos fáciles para alcanzar la madurez" o "Los secretos de la
santidad instantánea". Cuando Dios quiere hacer crecer un roble
gigante, toma cien años; pero cuando quiere hacer un hongo, lo hace
en una noche. Las almas grandes crecen y se forman atravesando
luchas, tormentas y tiempos de sufrimiento. Ten paciencia con el
proceso. Santiago aconsejó: "No intente salir de nada
prematuramente. Dejen que haga su trabajo para que ustedes lleguen
a ser maduros y bien desarrollados" Santiago 1:4.
4. No te desanimes. Cuando Habacuc se deprimió porque pensaba que
Dios no estaba actuando con suficiente rapidez, Dios le dijo: "Las
cosas que planeo no ocurrirán inmediatamente. Lentamente, con
tranquilidad, pero con certeza, se acerca el tiempo en qu ela visión
se cumplirá. Si parece muy lento, no desesperes, porque estas cosas
tendrán que ocurrir. Ten paciencia. No se retrasarán ni un solo
día" Habacuc 2:3. Un retraso no significa negación de parte de Dios.
Recuerda cuánto has progresado, no únicamente cuánto te falta. No
estás donde quieres, pero tampoco donde estabas. Hace años las
personas usaban un botón muy popular con las siguientes letras:
PFTPDNHTCT. Es decir: "Por Favor Ten Paciencia, Dios No Ha
Terminado Conmigo Todavía". Dios no ha terminado contigo tampoco,
así que sigue avanzando. ¡Hasta el caracol subió a bordo del arca
por su perseverancia!
cooperar con Dios en el proceso.
1. Cree que Dios está trabajando en tu vida aun cuando no lo
sientas. El crecimento espiritual es a veces un trabajo tedioso, en
el cual se avanza un pequeño paso a la vez. Espera un progreso
gradual. La Biblia dice: "Todo sobre la tierra tiene su propio
tiempo y su propia estación" Eclesiastés 3:1. En tu vida espiritual
también hay estaciones. A veces experimentarás un crecimiento
intenso por un tiempo corto (primavera) seguido de un período de
estabilización y prueba (otoño e invierno).
¿Qué hay de esos problemas, hábitos y heridas que te gustaría que
desaparecieran? Está muy bien orar por un milagro, pero no te
decepciones si la respuesta llega mediante un cambio gradual. Con
el tiempo, un flujo lento y firme de agua erosiona la piedra más
dura y convierte las rocas gigantes en guijarros. Con el tiempo, un
pequeño brote puede convertirse en un árbol gigante que supere los
cien metros de alto.
2. Ten un cuadern o diario para anotar las lecciones aprendidas.
Este no es un diario de acontecimientos, sino un registro de lo que
estás aprendiendo. Apunta los descubrimientos y lecciones que Dios
te enseña acerca de Él, de ti, de la vida, de las relaciones y de
todo lo demás. Anótalas para que puedas repasarlas y recordarlas y
pasárselas a la siguiente generación (Salmos 102:18; 2 Timoteo
3:14). La razón por la cual debemos volver a aprender las lecciones
es porque las olvidamos. El repaso periódico de tu diario
espiritual te puede evitar mucho sufrimiento y dolor innecesarios.
La Biblia dice: "Es crucial que nos aferremos con firmeza a lo que
hemos oído para que no nos extraviemos" Hebreos 2:1.
3. Sé paciente con Dios y contigo mismo. Una de las frustraciones
de la vida es que el programa de Dios raramente es igual al
nuestro. A menudo tenemos prisa, pero Dios no. Es posible que te
sientas frustrado con el progreso aparentemente lento que estás
experimentando.
Recuerda que Dios nunca anda deprisa, pero siempre llega a tiempo.
Él usará toda tu vida preparándote para tu papel en la eternidad.
La Biblia está llena de ejemplos de la manera en que Dios utiliza un
largo proceso para desarrollar el carácter, sobre todo en los
líderes. Tomó ochenta años para preparar a Moisés, incluyendo
cuarenta en el desierto. Por 14,600 días Moisés siguió esperando y
preguntándose: "¿Ya es hora?" Pero Dios seguía diciendo: "Todavía
no". Contrariamente a los títulos de los libros populares, no
hay "Pasos fáciles para alcanzar la madurez" o "Los secretos de la
santidad instantánea". Cuando Dios quiere hacer crecer un roble
gigante, toma cien años; pero cuando quiere hacer un hongo, lo hace
en una noche. Las almas grandes crecen y se forman atravesando
luchas, tormentas y tiempos de sufrimiento. Ten paciencia con el
proceso. Santiago aconsejó: "No intente salir de nada
prematuramente. Dejen que haga su trabajo para que ustedes lleguen
a ser maduros y bien desarrollados" Santiago 1:4.
4. No te desanimes. Cuando Habacuc se deprimió porque pensaba que
Dios no estaba actuando con suficiente rapidez, Dios le dijo: "Las
cosas que planeo no ocurrirán inmediatamente. Lentamente, con
tranquilidad, pero con certeza, se acerca el tiempo en qu ela visión
se cumplirá. Si parece muy lento, no desesperes, porque estas cosas
tendrán que ocurrir. Ten paciencia. No se retrasarán ni un solo
día" Habacuc 2:3. Un retraso no significa negación de parte de Dios.
Recuerda cuánto has progresado, no únicamente cuánto te falta. No
estás donde quieres, pero tampoco donde estabas. Hace años las
personas usaban un botón muy popular con las siguientes letras:
PFTPDNHTCT. Es decir: "Por Favor Ten Paciencia, Dios No Ha
Terminado Conmigo Todavía". Dios no ha terminado contigo tampoco,
así que sigue avanzando. ¡Hasta el caracol subió a bordo del arca
por su perseverancia!
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