Hay que accionar determinadamente y con urgencia para que se dé la reconciliación entre herman@s, se curen las heridas abiertas y vuelva la PAZ a aquella tierra. Y ante esto me he preguntado, como cristiano y como obispo, ¿Qué debería hacer por ese nororiente e Iglesia tan queridos, por los que di y quiero seguir dando la vida? Y éste es un buen argumento, me parece, para este ayuno público, que he decidio realizar ante mi conciencia y ante Dios. Pido su oración y su comprensión.
Monseñor Gonzalo López Marañon
Carmelita Descalzo
Carmelita Descalzo
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