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Jovenes por siempre, Carmelitas de Corazón, Creciendo juntos. Ecuador en la Mitad del Mundo
jueves, mayo 05, 2011
La fuente del desierto
Un hombre estaba perdido en el desierto, destinado a morir de sed.
Por su buena ventura, llegó a una cabaña vieja, desmoronada sin
ventanas, y sin techos. El hombre anduvo por ahí y se encontró con
una pequeña sombra donde acomodarse para huir del calor y del sol
desértico. Mirando a su alrededor, vio una vieja bomba de agua
oxidada, se arrastró hasta ella, tomó de la manivela y comenzó a
bombear, a bombear y a bombear sin parar, pero nada sucedía.
Desilusionado, cayó postrado para atrás y notó que a su lado había
una botella vieja; la miró, la limpió de todo el polvo que la
rodeaba, y pudo leer un recado que decía: Usted necesita primero
preparar la bomba con toda el agua que contiene esta botella,
después, por favor tenga la gentileza de llenarla nuevamente antes
de marchar.
El hombre desenroscó la tapa de la botella, y en realidad, ahí
estaba el agua. La botella estaba llena de agua. De repente, él se
vio en un dilema, si bebía aquella agua, él podría sobrevivir, pero
si la vertía en esa bomba vieja y oxidada, tal vez obtendría agua
fresca, bien fría, del fondo del pozo, y podría tomar toda el agua
que él quisiera. O tal vez no, tal vez, la bomba no funcionaría y
el agua de la botella sería desperdiciada.
¿Qué hacer? derramar el agua en la bomba y esperar a que saliera
agua fresca, o beber el agua vieja de la botella e ignorar el
mensaje? ¿Debería perder toda aquella agua en la esperanza de
aquellas instrucciones poco confiables escritas no se cuánto tiempo
atrás?
Con mucha indecisión, el hombre derramó toda el agua en la bomba,
enseguida agarró la manivela y comenzó a bombear. La bomba comenzó
a rechinar sin parar, y nada pasaba, pero de pronto, aún con sus
ruidos, surgió un hilo de agua, después un pequeño flujo y
finalmente, el agua corrió con abundancia: agua fresca, y
cristalina. Él llenó la botella y bebió ansiosamente, la llenó otra
vez y tomó aún más de su contenido refrescante. Enseguida, la llenó
de nuevo para el próximo viajero, la llenó hasta la boca, tomó la
pequeña nota y aumentó la frase "Créame que funciona", usted tiene
que dar toda el agua, antes de obtenerla nuevamente.
"En consecuencia, ya que hemos sido justificados mediante la fe,
tenemos paz con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo. También
por medio de Él, mediante la fe, tenemos acceso a esta gracia en al
cual nos mantenemos firmes. Así que nos regocijamos en la esperanza
de alcanzar la gloria de Dios. Y no sólo en esto, sino también en
nuestros sufrimientos, porque sabemos que el sufrimiento produce
perseverancia; la perseverancia, entereza de carácter; la entereza
de carácter, esperanza. Y esta esperanza no nos defrauda, porque
Dios ha derramado su amor en nuestro corazón por el Espíritu Santo
que nos ha dado" Roamnos 5:1-5.
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