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viernes, enero 04, 2013

El Insulto a los pobres

En la Entrevista que me hicieron en Radio Nacional y que ustedes pueden escuchar en esta página hay ciertos puntos en que quisiera explayarme y realizar una reflexión ya que la entrevista tuvo un tiempo limitado como para presentar sintéticamente lo que contiene el libro “La Hipocresía de Confesar”. Hay un tema que lo presente como “El insulto a los pobres”, y es las posesiones materiales de la Iglesia, y cuando digo Iglesia me refiero al poder institucional y no a todos los bautizados, es algo para distinguir:

1) Hay dos tipos de Iglesia: a) La verdadera: todos los bautizados de buena voluntad que intentan vivir cada día el Evangelio. b) La falsa o hipócrita: aquella que se dice bautizada pero que con sus obras demuestran vivir lo opuesto al Evangelio de Jesucristo.

¿Qué dice el Evangelio de Jesucristo con respecto a las posesiones de su Iglesia? Jesús manda en misión a sus discípulos, leemos el capitulo 10, 1-9 del evangelio según San Lucas: “Después de esto, el Señor designó a otros setenta y dos y los envió de dos en dos para que lo precedieran en todas las ciudades y sitios donde debía ir, y les dijo: La cosecha es abundante, pero los trabajadores don pocos. Rueguen al dueño de los sembrados que envíe trabajadores para la cosecha. ¡Vayan!, Yo los envío como ovejas en medio de lobos. NO LLEVEN DINERO, NI ALFORJA, NI CALZADO, y no se detengan a saludar a nadie en el camino. Al entrar en una casa digan primero. ¡Que descienda la paz sobre esta casa! Y si hay alguien allí digno de recibirla, esa paz reposará sobre él, de lo contrario volverá a ustedes. Permanezcan en esa misma casa comiendo y bebiendo de lo que haya, porque el que trabaja merece su salario. No vayan de casa en casa. En las ciudades donde entren y sean recibidos, coman lo que les sirvan, curen a sus enfermos y digan a la gente: El Reino de Dios está cerca de ustedes” Esta es la Palabra de Dios. Las instrucciones de Jesús son muy claras, la Iglesia está mandada a mostrar el Reino de Dios, que éste ya está aquí, y con acciones: curen a sus enfermos (de alma y cuerpo), pero también Jesús aclara que los discípulos no deben llevar nada para el camino porque en todo el Evangelio Jesús advierte sobre el peligro de las riquezas, incluso llega a decir que el dinero es un “dios”, al mismo nivel de Dios, no se puede servir a Dios y al dinero, dice. Lo pone a la par porque el corazón humano se deja poseer muchas veces por lo material, no dejando espacio para Dios.

Ahora bien: Jesús dice claramente, NO LLEVEN DINERO, incluso, los discípulos son recibidos en las ciudades porque ellos NO POSEEN CASA PROPIA, Jesús tampoco tenía casa propia sino que iba predicando el Reino de Dios de pueblo en pueblo, su pobreza material era absoluta y su confianza en la Providencia era perfecta, que es lo mismo que nos enseñó. Pero ¿Qué pasó luego con los siglos? La Iglesia, una vez en manos de Constantino, emperador Romano, se ha vuelto un gran imperio de poder y dinero, y esa es la Iglesia que hemos heredado hoy en pleno siglo XXI. Por eso soy dura en afirmar: LA RIQUEZA DE LA IGLESIA ES UN INSULTO A LOS POBRES Si Jesús estuviera hoy aquí presente, no estaría habitando en palacios como lo es el Vaticano, ni en casa de vacaciones en Castel Gandolfo, sino que estaría en tierra de misión, en aquellos lugares donde los niños mueren por desnutrición, donde se ven sus pancitas hinchaditas por falta de alimento, miraría el Señor al cielo y diría: “Padre Perdónalos porque no saben lo que hacen” Mi experiencia luego de haber trabajado largos años en la Congregación a la que pertenecía me lleva a afirmar esto con una convicción sólida y madura. El dinero que posee la Iglesia es capaz de solucionar el hambre de toda la tierra, es más, me atrevería a afirmar que desaparecerían los pobres. Nadie toma conciencia de los tesoros incalculables de que es poseedora la Iglesia en el mundo. Yo, que trabajé de apoderada legal en mi congregación y en su administración, he manejado mucho dinero, además, saber la cantidad de propiedades SIN HABITAR Y CERRADAS DETERIORÁNDOSE PAULATINAMENTE, MIENTRAS HAY GENTE QUE NO TIENE DONDE VIVIR.

Mi congregación era una de las “más pobres” dentro de lo que es la vida religiosa, y debo confesar que me da vergüenza la cantidad de bienes materiales que se poseen y que no reportan ningún beneficio para nadie, totalmente estériles, como también lo es hoy la misión de la Congregación. Queridos hermanos: No podemos defender las posesiones materiales diciendo que son “obras de arte”, tesoros de la humanidad, mientras millones de niños mueren en el mundo por falta de alimentos, y no solo en el áfrica, aquí mismo, en Argentina un país rico en recursos primarios, sin embargo en provincias del norte y litoral tenemos altos índices de desnutrición. Si la Iglesia decidiera por fin analizarse y verse a la luz del Evangelio descubriría que durante siglos ha optado por servir, no a Dios, sino al dinero. Todavía está a tiempo de reflexionar y tomar una postura que de verdad puede terminar con la pobreza en el mundo. Ella es responsable, no se puede seguir acumulando propiedades y activos mientras el pueblo se está muriendo. El Pastor se va a cansar y El mismo vendrá y se hará cargo del rebaño, porque los pastores que tenían que cuidar de las ovejas, se han alimentado a sí mismos con el alimento que era para las ovejas del rebaño. Pidamos a Dios que la justicia y la misericordia sean aliadas, y que pronto podamos revertir esta situación injusta en nuestro mundo. Si cada uno aportamos nuestra cuota de vivencia del Evangelio, podremos hacerlo. 
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