Amigos y amigas:
Después de celebrar la misa con Monseñor Gonzalo, quiero compartir con ustedes la vida de una mujer espectacular! La semana pasada les presentaba a Santos y hoy quiero que conozcan a Victoria (que nombres tan reveladores no?)
Victoria llegó a la capilla, donde celebramos la misa, con otras dos hermanas de la providencia.... y mientras estas últimas vestían su hábito, a mi me pareció, cuando la ví, solo una mujer más. Luego cuando ella habló de sus hermanas, entendí que era diferente: no solo en lo del hábito, sino en la visión de vida que eligió y construyó.
Ella, inició su compartir diciendo a Monseñor: "te acuerdas Gonzalo, lo jóvenes que éramos cuando nos conocimos la primera vez y comenzamos a trabajar?".. y él, con su acostumbrada sonrisa, le contesta: "y Victoria, quién te ha dicho que estamos viejos? porque yo no me siento así...." Luego se regresa a la hermana de más edad y él le pregunta: "sabe usted hermana, cuando uno se empieza a poner viejo?" ella le mira y le dice: "cuando nos empieza a doler en cuerpo" .... y él le responde: "pues se equivoca.... nos comenzamos a poner viejos, cuando los recuerdos pesan más que las esperanzas" ... "y yo a mis setenta y más años, estoy lleno de esperanzas"...
Que tal? ... hasta ahora me resuena esto de las esperanzas... no será que la gran mayoría de hombres y mujeres de este mundo, nos hicimos viejos muy rápido?
Victoria es una mujer que ha trabajado, toda su vida con los y las indígenas. Ahora comparte su vida con las comunidades de Ayora, al norte, en Cayambe. Y aunque sin pensarlo mucho, cuando Monseñor le preguntaba como le había ido, ella respondía: "toda mi vida ha sido un aprendizaje y ahora hasta he cambiado un poco en mi entender. Antes pensaba que la forma de acompañar a las comunidades, era el trabajo duro, la planificación, la organización popular, los proyectos.... ahora (cuando las rodillas ya no me funcionan tan bien) he entendido que también se puede acompañar desde la GRATUIDAD... doy gracias solo por estar ahí.... yo que antes no entendía bién esto, ahora Dios me ha enseñado lo que es".
En mi reflexión personal, solo pienso que la Gratuidad y la Esperanza van de la mano y que el mirar estos dones, como Gonzalo y Victoria lo ven, solo puede venir de Dios y del encuentro cotidiano, con El, en las personas que nos ha puesto en la vida....
Aprovecho también para honrar a las mujeres y hombres que ayer en la misa estuvieron presentes, aunque ya hayan muerto: la de La Sofi y la Loli (mujeres laicas, poeta, hermanas de sangre, que sembraron su vida en Sucumbíos), nuestros padres, las hermanas de la Providencia, Monseñor Proaño y otros más.....
Termino este compartir con una anécdota que contó Victoria: " una vez fui a visitar a Monseñor Proaño para expresarle mi solidaridad porque estaba pasando una época dura, como tu Gonzalo; y pasó una cosa extraña.... yo que iba a consolarle a él y al final terminé siendo consolada yo por Leonidas.... lo mismo me pasa contigo Gonzalo ... en el rostro de los dos solo encontré alegría"...
De corazón quiero poder vivir esta Gratuidad, esta Esperanza y esta Alegría y lo mismo deseo para cada uno y cada una de los que hacemos este mundo difícil y hermoso...
María de los Angeles V.
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