Uno de ellos, Jaime Chávez, de 11 años, alzó los ojos hacia la oleografía de la Virgen de los Dolores, colgada en la pared y, con asombro, vio que la imagen cerraba y abría los ojos. Lleno de espanto, se tapó los ojos con las manos y avisó a su vecino Carlos Hermann, quien noto igualmente el parpadeo. Los niños se arrodillaron entre la mesa y la banca y rezaron un Padre Nuestro y una Ave María. En seguida llamaron a otro y a otro hasta que uno de ellos llamó al padre Roesch y al hermano Luis Alberdi, quien al constatar el hecho llamó la atención de Roesch: "¡Venga padre, esto es un prodigio!".
El prefecto se había negado diciendo que se dejaran de dislates, creyendo que era una ilusión de los niños, pero al ver la insistencia de los infantes y de Alberdi, se acercó a la mesa que se encontraba más cerca de la imagen, resuelto a desvanecer la idea. Se cercioró de que las lámparas eléctricas no se estuviesen moviendo o si algún rayo reflejarse en la efigie. Nada de esto apareció.
El prefecto, incrédulo, clavó los ojos en la imagen de la Virgen y observó que cerraba los párpados con lentitud, pero no creyendo que era cierto, se apartó del lugar. El cuerpo se le heló al confirmar que nada era parte de la imaginación, que todo era real, ¡la imagen de la Virgen estaba papadeando! Cuando esto sucedía, todos los niños que miraban el hecho clamaban a una sola voz "¡ahora cierra!, ¡ahora abre! ¡ahora cierra! ¡ahora el izquierdo!", pero notaron que a veces cerraba el ojo izquierdo solamente o al menos con mayor claridad que el derecho.
El hecho se repitió durante 15 minutos aproximadamente, es decir nadie supo exactamente cuánto tardó. Los religiosos reprimieron las emociones de los niños y prefirieron el silencio momentáneo de lo sucedido, creyendo que los muchos testimonios de todos los que habían presenciado el hecho bastarían para afirmarlo sólidamente cuando llegase la hora.
Y la hora llegó cuando la Arquidiósesis Metropolitana, dirigida por el vicario general Ulpiano Pérez hizo las averiguaciones de rigor y comprobó el hecho extraordinario.
Tomado del Diario el Comercio 20/Abril/2006
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